EL AUTOR es médico y escritor. Reside en Santo Domingo.
Señor Luis Almagro Lemes
Secretario General de la OEA
Algunas veces el hábito de jugar con las palabras, como los
demás escritores, nos conduce a callejones sin salidas.
Así me sucedió leyendo las declaraciones suyas recriminando
al gobierno dominicano el ejercer su derecho de controlar los inmigrantes a su
territorio.
Sentí una mirada de ave carroñera satisfecha.
Su boca calló mientras se aplicaba el Plan de Regularización
pensando feliz usted y sus jefes ocultos nos encestaron un canasto de tres y
hasta pueden regodearse del logro.
Para los dominicanos simplemente hicimos algo correcto,
sacamos casi trescientos mil fantasmas de las sombras y le hicimos nacer en el
marco de las leyes y del derecho internacional.
¡Ya sé que no valoran ni les importa!
Su plan no es ese.
Descaradamente regresan a los mismos argumentos tras los
meses de silencio
¡Qué vergüenza!
En usted no intuyo a un pusilánime sumiso, por eso le hago
pública una propuesta útil para el gobierno haitiano desesperado por salir de
los pobladores de su porción de la Hispaniola a cualquier costa.
La propuesta es la siguiente: que su tristemente célebre
organismo se cubra de gloria por primera vez diligenciando con los bien
intencionados miembros preocupados por el futuro haitiano que reciban una cuota
de las personas habitantes de Haití similar a la regularizada como residentes
en nuestro país, de manera que al menos la mitad de sus pobladores encuentren
un mejor destino gracias a la solidaridad de los miembros del Organismo
Regional por usted presidido.
La mitad restante luchará con el apoyo internacional y con
la única solidaridad constante que ha tenido y es la del pueblo dominicano,
para crear un estado viable a partir del actual estado fallido, donde quizás un
día, un día deseen venir sus nietos a vacacionar.
Si logra tan humanitario gesto entrará al círculo de los
grandes de la Historia Universal: los Gandhi, los Bolívar, los Luther King.
La tarea vale la pena para usted en lo personal y para el
pueblo haitiano.
La Historia designa a veces a ciegas los protagonistas de la
humanidad. Mi intuición de poeta adivina usted puede ser uno.
Tenga la energía de ser el primer gran hombre de América en
el siglo XXI.
Le hago saber que en los 15 años ya transcurridos no hay
ninguno.
Trabajaría sin competencias
¡Animo ¡
Seguramente el Papa Francisco le prestará sus hombros.
Dirige la OEA en una etapa estelar.
La decisión de Obama restableciendo relaciones diplomáticas
con Cuba pone fin a la guerra fría en América.
Dios o el azar le regalan la oportunidad de poner fin a la
pobreza extrema de millones de seres humanos haitianos.
Ruego porque tenga valor, puede contar conmigo y sé lo
secundarán mucho mas.