SANTO DOMINGO, República Dominicana.- El presidente Danilo
Medina dijo este miércoles en su discurso que la Reforma Constitucional es lo
que quiere el pueblo y aseguró que es lo mejor para el país.
Danilo Medina dijo que “la reelección en lugar de significar
un retroceso institucional es un avance y un perfeccionamiento democrático”.
El presidente agradeció al Partidos Revolucionario
Dominicano (PRD) y al Partido Social Cristiano (PRSC) su apoyo para la
aprobación de Reforma que permite su repostulación.
El mandatario alabó su sistema de Gobierno y pidió el apoyo
del pueblo para ser reelecto.
El Presidente Medina dijo que la aprobación de la
modificación constitucional demuestra la capacidad política del Partido de la
Liberación Dominicana.
+
TEXTO ÍNTEGRO DEL PRESIDENTE DANILO MEDINA :
Pueblo Dominicano;
En los últimos tiempos, nuestro país ha tenido el privilegio
de vivir importantes avances económicos, sociales e institucionales.
Es sobre estos avances, -y sobre lo que eso significa para
nuestro futuro- que me gustaría hablar con ustedes esta noche.
Junto a cada uno de ustedes, he tenido la felicidad de
conducir un gobierno que viene rompiendo muchas barreras históricas.
Un gobierno que, gracias a Dios, está teniendo éxito en sus
principales áreas, incluso en un momento en que muchos países atraviesan graves
dificultades.
Hemos conseguido excelentes resultados en dos sectores clave
de la vida de cualquier país: el área económica y el área social.
En la economía, estamos logrando tasas de crecimiento y
nivel de empleo por encima de las medias históricas nacionales y regionales.
En lo social, estamos consiguiendo una mejoría constante en
la vida de la población, con la disminución de los niveles de pobreza, desnutrición
y desigualdad.
Además de importantes avances en la calidad de la educación,
la salud y de otros servicios esenciales.
No me sorprende, por tanto, que en este ambiente de avances
económicos y sociales, se haya abierto un debate muy positivo para nuestro
avance institucional y perfeccionamiento democrático.
Un debate que toda la nación acompañó con gran participación
y que, finalmente, hizo repercutir en el seno del Congreso Nacional, la
voluntad abrumadora de la mayoría de nuestro pueblo.
Me refiero a la decisión libre y soberana del Congreso
Nacional de reformar nuestra Constitución para que, a partir de ahora,
cualquier presidente pueda disputar una reelección y, si fuera la voluntad del
pueblo, dar continuidad a su trabajo de gobierno, consolidando las conquistas
colectivas.
Una vez más, podemos decir con satisfacción que ha primado
la democracia, la institucionalidad y el consenso. Hemos asistido a un proceso
ordenado y apegado a las leyes que nos rigen.
Si hablamos de legitimidad, vale la pena señalar que el
nuevo texto constitucional ha sido aprobado masivamente por las principales
fuerzas políticas del país. Las mismas que sumaron, en los últimos comicios, el
98% de los votos del pueblo dominicano.
En nombre del pueblo dominicano, quiero agradecer a todos
los partidos por la forma ordenada y democrática en que encaminaron este
proceso de reforma.
Pero quiero hacer énfasis en dirigir un
reconocimiento especial a todos los compañeros del Partido de la
Liberación Dominicana, porque nuestro partido ha mostrado, una vez más, que
está a la altura de la Historia y que cuenta con el liderazgo político capaz de
dirigir los destinos del país.
Extendemos también este reconocimiento al liderazgo
del Partido Revolucionario Dominicano, Partido Reformista Social
Cristiano y otras fuerzas aliadas por el apoyo que brindaron a esta
reforma.
Reconocemos también a los Senadores y Diputados de la
República, que fueron los responsables de la ejecución de la misma.
Esta reforma es un paso adelante en la madurez de nuestro
Estado Democrático de Derecho, además de una demostración contundente de la
capacidad de nuestras fuerzas políticas de dar respuesta a las necesidades del
pueblo soberano.
A partir de ahora, nuestra democracia se regirá por el
modelo que ha demostrado ya su buen funcionamiento en buena parte de las
democracias del mundo: Ocho años y nunca más.
Es decir, que un Presidente solo podrá ser reelegido una
vez, y luego no podrá postularse más.
De esta forma, daremos oportunidad tanto a que los gobernantes
apliquen realmente su programa de gobierno, como a que surjan los necesarios
relevos generacionales y los liderazgos alternativos.
Me siento honrado, feliz y confiado de estar en la
presidencia en el momento en que las fuerzas vivas de nuestra nación decidieron
promover este cambio, que nos iguala a las mayores democracias del mundo.
Esto también aumenta el peso de mi responsabilidad de actuar
en el próximo proceso electoral de la forma más equilibrada, justa, honesta y
transparente posible.
Y, en el caso de que sea la voluntad de mi partido
postularme como candidato y la decisión del pueblo elegirme, yo podré concurrir
a otro mandato presidencial.
Señoras y Señores;
Acompañé con cuidado y cautela el debate y el envío de la
enmienda constitucional sobre la reelección.
Siempre que fui consultado por compañeros del partido o por
representantes de la sociedad civil, mantuve una posición equilibrada e
imparcial.
En ningún momento estimulé o aceleré el proceso. Al
contrario, me mantuve siempre con cautela y redoblada atención.
Pero si no estuvo en mí estimular este proceso, tampoco
estuvo en mi frenarlo, ya que brotaba de un deseo popular profundo.
Era eso lo que veíamos reflejado en las encuestas, era eso
lo que oíamos en las calles, era eso lo que yo escuchaba de representantes de
todos los sectores de la sociedad: empresarios, trabajadores, académicos,
intelectuales, artistas y políticos, mujeres, jóvenes, ancianos y líderes
religiosos.
Fue en ese momento cuando concordé en que este tema fuera,
en primer lugar, examinado en el ámbito de mi partido y, si obtenía una buena
acogida, se enviara a la institución que tiene el poder de modificar la
Constitución; me refiero al Congreso Nacional.
Una Constitución es la carta magna y el estatuto sagrado de
un pueblo.
Contiene cláusulas rígidas pero, como cualquier obra del
hombre, posee partes que pueden ser perfeccionadas con el paso del tiempo.
Ese era el caso, sin duda, de la reelección de un
presidente.
La reelección existe en prácticamente todas las sociedades políticamente
desarrolladas.
Sea en los regímenes presidenciales, con la reelección
limitada de los gobernantes, o en el parlamentarismo, con la reelección casi
ilimitada de los líderes partidarios, siempre que obtengan la mayoría
congresual.
La reelección es vedada, como una especie de salvaguarda,
casi únicamente en países que no tienen instituciones fuertes y que viven aún
sobre el trauma de las dictaduras.
La República Dominicana es, hoy, un país de instituciones en
franco proceso de fortalecimiento, con equilibrio político y, desde hace mucho,
libre del trauma y de la sombra tenebrosa de la dictadura.
Para nosotros, por tanto, la reelección en lugar de significar
un retroceso institucional es un avance y un perfeccionamiento democrático.
Se equivocan también los que dicen que introducir la
reelección es beneficiar al gobernante de turno.
En realidad, es beneficiar al país, porque puede aprovechar,
aún más, los resultados de un gobierno que lo esté haciendo bien.
La reelección, en contrapartida, permite también que el
pueblo castigue a los malos gobernantes y se libre de los efectos maléficos de
una mala gestión.
La reelección no significa la victoria automática de quien
está en el poder, al contrario, es siempre un riesgo para quien gobierna.
El pueblo es sabio y siempre juzga con rigidez a quienes
están conduciendo su destino.
El pueblo también está cada vez más atento en la defensa de
las instituciones democráticas.
El pueblo defiende su Constitución porque sabe que es
defendido por ella.
El pueblo utiliza la Constitución como arma de defensa
personal y de paz social.
La preserva y la venera como fuente esencial de
defensa de los intereses colectivos y de la fuerza de la ciudadanía.
Por eso, cuando el pueblo percibe que puede cambiar para
mejor la Constitución, lo hace sin miedo y sin recelo.
Sin necesidad de órdenes ni de consejos.
Lo hace buscando lo mejor para su presente y para su futuro.
Dominicanas y dominicanos;
Quiero recordar que en 2009, en el seno de la sociedad
dominicana, se produjo una consulta nacional en la que la mayoría de la
población se mostró a favor del modelo de dos periodos consecutivos y nunca
más.
Esa misma discusión se llevó al seno del PLD, y en esa
ocasión yo defendí la voluntad de la mayoría del pueblo dominicano de dos
períodos consecutivos y nunca más. En ese momento, sin embargo, nuestra
posición fue derrotada por 20 votos a 5.
En esa consulta, en el seno de la sociedad dominicana, solo
el 16.7% por ciento votó a favor del modelo que ahora se eliminó, un 13.5% a
favor de la reelección indefinida y un amplio 57.94% defendió el modelo que
ahora se ha restablecido, es decir, dos períodos consecutivos y nunca más.
Es cierto que, en varias ocasiones, no acepté discutir la
posibilidad de mi reelección.
Pero es igual de cierto que he dicho muchas veces, a lo
largo de mi vida, que mi mayor compromiso es tener siempre el oído en el
corazón del pueblo.
El fuerte deseo popular a favor de la enmienda para la
reelección me ayudó a superar este dilema y a retomar la posición que
defendí en el año 2009, en el seno del Comité Político del PLD.
No lo hice movido por la vanidad, ni el deseo de poder.
Lo hice porque me convencí de que el instrumento de la
reelección sería, de hecho, un avance institucional perenne para nuestro
país – y no una mera circunstancia para beneficiar a un gobernante.
Cambié mi posición sobre este tema, pero no mi convicción
democrática de nunca colocar mis deseos personales o partidarios por encima de
los intereses colectivos.
Además, al apoyar la enmienda de la reelección también
estaba tomando la decisión de cerrar mi carrera política, porque está
sobreentendido que, después de estos cuatro años adicionales, si el pueblo me
premia con su voto, en mayo de 2016, no podré ser candidato nuevamente a la
Presidencia de la República.
El modelo que dejamos atrás me hubiera permitido postularme
indefinidamente en periodos alternos, pero estoy convencido de que esta reforma
es lo que quieren los dominicanos y lo mejor para el país.
Siempre he sido un demócrata convencido y siempre he
conducido mi vida política buscando la paz, la justicia y el equilibrio.
Y esos sentimientos guiaron mi decisión.
Pueblo dominicano,
Una vez más, mi destino político está en las manos de
ustedes.
Si tengo el respaldo firme de mi partido y el apoyo de la
mayoría de los dominicanos, podré concurrir a un nuevo mandato presidencial.
Haré ese anuncio en el momento oportuno.
Hoy, lo que quiero anunciar, es mi disposición redoblada de
continuar luchando por más cambios –profundos y positivos- a favor de nuestro
país.
No dudaré, en ningún momento, en continuar haciendo lo que
sea necesario para que nuestro gobierno tenga cada vez más eficiencia y sea
cada vez más transparente.
Cuanto más estemos al lado de la ley y de la justicia
social, más rápido y más profundo será el cambio.
Cuanto más estemos al lado de la institucionalidad, de la
democracia y de la transparencia, más rápido y profundo será el cambio.
Cuanto más estemos al lado de la solidaridad, de la
protección a los más débiles y del Estado del Bienestar, más rápido y profundo
será el cambio.
Cuanto más estemos al lado del desarrollo y de la
innovación, más rápido y más profundo será el cambio.
Porque todo ocurre más rápido cuando estamos del lado de la
historia, cuando no nos desviamos del rumbo correcto.
Señoras y Señores;
Lo que me atrae, en la hipótesis de que fuera reelegido, es
la posibilidad de profundizar los cambios que estamos haciendo en nuestro país.
Podríamos tener ante nosotros cuatro años más que nos
permitirían consolidar la transformación educativa que ya está en marcha y
asegurarnos de que sea irreversible.
Cuatro años más para profundizar la reforma que ya avanza en
nuestro sistema de salud, que llevará atención gratuita y de calidad a todo
aquel que la necesite.
Cuatro años más para seguir incorporando a más personas a la
seguridad social.
Cuatro años más para seguir apoyando a nuestros productores
y trabajando de la mano con los empresarios de todos los tamaños, para generar
más empleo e ingresos que nunca para nuestra gente.
Cuatro años más para apostar cada vez más por nuestro
turismo, hasta alcanzar la meta que nos hemos trazado de llegar a los 10
millones de visitantes.
Cuatro años más para continuar recorriendo los campos del
país con nuestras visitas sorpresa, hasta que no quede un solo rincón al que no
hayamos llegado para apoyar a nuestra gente.
Cuatro años más para que banca solidaria siga llevando el
derecho al crédito a todos nuestros emprendedores, estén donde estén.
Cuatro años más, que nos darían la oportunidad de ver los
frutos de las iniciativas que ya hemos iniciado para llevar solución al
problema eléctrico, de una vez por todas.
Cuatro años más para que el 911 siga expandiéndose por el
territorio nacional y para que la seguridad llegue a todos los rincones del
país.
Cuatro años más para seguir construyendo las
infraestructuras que requiere el desarrollo productivo del país.
Cuatro años más para mantener la estabilidad macroeconómica
con baja inflación que ha permitido el crecimiento de nuestra economía.
En definitiva, tendríamos cuatro años más para garantizar
que nada ni nadie pueda dar marcha atrás a todo lo que conquistamos juntos!
Queridos Compatriotas;
En estos tres años hemos logrado lo que muchos creían
imposible.
Recuerdo que, cuando llegamos al gobierno en medio de una
grave crisis económica internacional, muchos pensaban que apenas conseguiríamos
sobrevivir en ese ambiente hostil.
Sin embargo, trabajando juntos, hemos avanzado como nunca
antes.
En medio de uno de los contextos internacionales más
difíciles, logramos un dinamismo económico cercano al de China, con un
crecimiento mayor al 7%.
Las inversiones, que se redujeron en la mayor parte de los
países de la región, continúan llegando a la República Dominicana.
Estamos cumpliendo y superando nuestra meta de crear 100,000
empleos al año.
Sentamos las bases de un nuevo modelo de desarrollo, con más
justicia social y menos desigualdad.
Y, lo más importante, hemos conseguido sacar de la pobreza a
más de medio millón de dominicanos y dominicanas.
En definitiva, tomamos con firmeza las riendas del país y lo
estamos dirigiendo rumbo a la prosperidad y el progreso.
Y, si hemos sido capaces de hacer todo esto en las peores
circunstancias, les invito a soñar lo que seremos capaces de lograr en el
futuro próximo!!
Dominicanos y dominicanas;
Más que nunca es hora de soñar y de hacer.
A lo largo de su historia, la República Dominicana enfrentó
muchos desafíos.
Sin embargo, ahora, más que nunca, creamos las condiciones
para transformar los desafíos en victorias, y para transformar las victorias en
beneficios generales para nuestro pueblo.
Ya no es un sueño distante, por ejemplo, acabar con la
pobreza absoluta y superar el analfabetismo en todo nuestro territorio.
Es una meta posible y realizable. En poco tiempo, la
República Dominicana lo conseguirá!
Ya no es un sueño distante consolidarnos como la economía
más sólida y sostenible de la región.
En poco tiempo, la República Dominicana lo logrará!
Ya no es un sueño distante que tengamos un sistema educativo
de gran calidad, capaz de preparar a nuestros jóvenes para todos los desafíos
del mundo moderno.
En poco tiempo, la República Dominicana lo conseguirá.
Ya no es un sueño distante que seremos el más completo, más
rentable y más buscado destino turístico del Caribe.
En poco tiempo, la República Dominicana lo conseguirá.
Ya no es un sueño distante que logremos un gran salto
productivo y tecnológico en nuestra agricultura y ganadería.
Y también, en poco tiempo, la República Dominicana lo
conseguirá.
En suma, más que nunca, es posible transformarnos en un país
con uno de los mayores índices de desarrollo y con uno de los menores índices
de desigualdad de toda la comunidad latinoamericana y caribeña.
Más que nunca, podemos tener orgullo de la tierra en que
nacimos!
Más que nunca podemos tener autoestima y esperanza!
Más que nunca podemos transformar nuestros sueños en
realidad.
Más que nunca podemos transformar nuestro país real, en
aquel país de los sueños de nuestros abuelos y nuestros padres. Un país
en el que vamos a ser cada vez más fuertes y más felices, junto a nuestros
hijos y nuestros nietos.
Vivamos el nuevo sueño dominicano!
Viva la República Dominicana!
Que Dios nos bendiga a todos!
Muchas Gracias y buenas noches.